Plan para erradicar las cinco hepatitis virales en 2030

La consejera de Salud y Consumo presenta a los profesionales el programa de acción operativo para mejorar la gestión de estas enfermedades

Salud y Educación04/10/2024Redacción MálagaRedacción Málaga
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Plan estratégico

La consejera de Salud y Consumo, Rocío Hernández, ha presentado el Plan estratégico andaluz para el abordaje de las hepatitis víricas 2024-2030 (PEAHEP), aprobado por el Consejo de Gobierno en julio de 2024, en una jornada profesional celebrada en Sevilla. Se trata de un plan de acción operativo para mejorar la gestión de las hepatitis virales en la comunidad, donde en 2023 se registraron 621 nuevos casos de hepatitis vírica.

Hernández ha destacado que "este plan es pionero en España, ya que será el primero y el único en el que se engloban todas las hepatitis víricas (VHA, VHB, VHC, VHD y VHE) en una misma estrategia", alineándose con los objetivos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para su eliminación en 2030.

En este año, según la OMS, más de 254 millones de personas en todo el mundo están infectadas por el virus de la Hepatitis B (VHB) y 50 millones con el virus de la Hepatitis C (VHC). El propósito de la Organización Mundial de la Salud es eliminar las hepatitis virales como amenazas para la salud pública en el año 2030, lo que incluye la reducción del 90% en las nuevas infecciones y del 65% en la mortalidad.

Para afrontar este desafío para la salud pública, el PEAHEP surge como respuesta a la alta prevalencia y carga de enfermedad, aunque "se estima que una parte significativa de la población de Andalucía desconoce su infección, lo que contribuye a la transmisión continua y a la progresión de la enfermedad hacia estadios más graves", según ha indicado el director general de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica, Jorge del Diego.

Asimismo, la introducción de nuevos tratamientos y estrategias de prevención ha mejorado significativamente el manejo de las hepatitis virales. Los antivirales de Acción Directa (AAD) para la hepatitis C, las vacunas para la hepatitis A y B, y las estrategias de prevención para la hepatitis E y D han demostrado ser altamente efectivos. Estos tratamientos y medidas preventivas no sólo mejoran la salud individual, sino que también reducen significativamente el riesgo de transmisión, al eliminar la infección activa en los pacientes tratados y prevenir nuevas infecciones.

En 2023 se notificaron en Andalucía un total de 621 casos de hepatitis virales: 72 de hepatitis A, 79 de hepatitis B, 393 de hepatitis C y 77 de otras hepatitis víricas. Del total de contagios, 443 se dieron en hombres, lo que supone un 71,3% del total, y 178 en mujeres, un 28,66%. Por edades, el mayor número de contagios se produce en el grupo etario de 45 a 65 años para todos los tipos de hepatitis virales entre los hombres, con 251 casos (56,65% del total de casos en hombres), mientras que en las mujeres varía según el tipo: el contagio de hepatitis A se registró en mayor medida entre los menores de 14 años (con 11 casos) y el resto se concentró también en el grupo de 45 a 65 años (seis de hepatitis B, 54 de C y 17 del resto).

La incidencia de la hepatitis A en Andalucía es de 8,4 por cada 100.000 habitantes, y la de la hepatitis B es de 9,2 por 100.000 habitantes, mientras que la tasa de la hepatitis C es de 45,8 por 100.000 habitantes y la del resto de hepatitis virales es de 9 por cada 100.000 habitantes.

Promoción, prevención, diagnóstico, vigilancia epidemiológica y tratamiento

El Plan estratégico andaluz para el abordaje de las hepatitis víricas 2024-2030 se estructura en cinco líneas estratégicas específicas y dos transversales. La primera se centra en la promoción de la salud para potenciar las capacidades de la población para mejorar su salud y la adopción de hábitos saludables mediante la educación sanitaria.

La segunda línea, dedicada a la prevención y diagnóstico, propone fortalecer la inmunidad de la población con mayor riesgo frente a la hepatitis A y B, mejorar la educación preventiva y promover el diagnóstico precoz para cortar las cadenas de transmisión. Un objetivo prioritario es que el 90% de las personas infectadas por el virus de la hepatitis C estén diagnosticadas, reduciendo así la incidencia de nuevas infecciones.

La tercera línea se centra en la protección de los consumidores, en concreto, pretende reducir el impacto en la salud del consumo de alimentos contaminados con hepatitis A, reducir el riesgo de transmisión del virus de la hepatitis E por alimentos e implementar un sistema de información con un enfoque 'One Health' para mejorar la vigilancia de hepatitis A y E.

La cuarta línea se basa en facilitar el acceso al tratamiento antiviral y el seguimiento a las personas diagnosticadas con hepatitis B, C y D, tanto a la población general como a grupos vulnerables con escasa adherencia a la consulta especializada. Para ello, se va a implementar de forma progresiva el diagnóstico en un sólo paso para el hepatitis C, y se encuentra en curso para las hepatitis B y D.

La quinta línea estratégica se marca como objetivos generales conocer la situación epidemiológica de las hepatitis víricas en Andalucía, reforzar los mecanismos de vigilancia epidemiológica para mejorar la detección de casos de hepatitis víricas y adoptar medidas preventivas y de control.

Por último, las dos líneas transversales se refieren a la formación, para promover el conocimiento y la concienciación sobre el manejo de las hepatitis víricas entre los profesionales sanitarios y la elaboración de un plan para que los profesionales adquieran las competencias necesarias en su gestión, así como a la investigación e innovación.

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