La fotografía esencial de Imogen Cunningham, nueva exposición del Carmen Thyssen Málaga

‘Esencias’ ahonda en la mirada sin prejuicios de esta fotógrafa estadounidense, que en sus trabajos buscó reducir la naturaleza a sus estructuras más simples

Cultura25/10/2024Redacción MálagaRedacción Málaga
Presentación Imogen Cunningham
Sala Noble del Museo Carmen Thyssen

El Museo Carmen Thyssen Málaga presenta en la Sala Noble ‘Imogen Cunningham. Esencias’, una nueva exposición de producción propia en la que reivindica la obra de Imogen Cunningham (1883-1976), una fotógrafa única y fundamental en el siglo XX que se centró en la captación de las formas esenciales de la naturaleza, como se muestra en el diálogo entre cuerpos desnudos y plantas, reunidos en esta ocasión con una treintena de fotografías pertenecientes a la Colección José Luis Soler Vila.

A la rueda de prensa de inauguración han acudido Susana Lloret, vicepresidenta de la Fundació Per Amor a l’Art, e impulsora de la Colección José Luis Soler Vila; Pablo Gordillo, coordinador de marketing de Soho Boutique Hotels, patrocinador de la exposición; y la directora artística y el gerente del Museo Carmen Thyssen Málaga, Lourdes Moreno y Javier Ferrer.

‘Imogen Cunningham. Esencias’ ofrece un recorrido por la obra más representativa de los años veinte y treinta de esta fotógrafa estadounidense: una artista que acabó convirtiéndose en una de las más relevantes fotógrafas del siglo XX y que conformó un estilo propio con su búsqueda de lo esencial de las formas, tanto en el cuerpo desnudo, representado bajo una mirada desprejuiciada y retadora de las convenciones morales victorianas, como en la captación de la naturaleza, que supo reducir a sus estructuras más simples, especialmente en sus fotografías de especies botánicas.

Cunningham fue una fotógrafa pionera en captar la voluptuosidad del cuerpo humano, está considerada como la primera mujer en firmar fotografías de desnudos masculinos y de las formas botánicas. Autora de una obra honesta, que es al mismo tiempo poética y transgresora, escapó de las modas y de las imposiciones del mercado. Y fue, asimismo, una artista valiente que contribuyó a la igualdad entre hombres y mujeres a través de su producción.

La exposición propone un pertinente diálogo entre ambas temáticas -cuerpos y plantas- para evidenciar la conexión de su común naturaleza orgánica. Cunningham instaura a partir de los años veinte, y a través de sus enfoques muy cercanos y de sus juegos de luces y sombras, un nuevo lenguaje muy personal, consecuencia del contacto con numerosas tendencias y autores de vanguardia de la fotografía, como la Nueva Objetividad alemana o Paul Strand y Edward Weston.

La personalidad y la búsqueda creativa de Imogen Cunningham quedan patentes en esta muestra, que supone la segunda colaboración con la Fundació Per Amor a l’Art, que custodia la Colección José Luis Soler Vila, tras ‘Material provocativo para pensar. Fotografía japonesa contemporánea’, presentada en julio de este mismo año. En efecto, Cunningham fue pionera en la mirada femenina sobre el cuerpo desnudo, tanto de mujeres como de hombres, inédita y transgresora en su tiempo. 

Cuerpos y plantas

La fotografía de Cunningham está muy relacionada con sus propias experiencias vitales: desde sus contactos iniciales con la botánica en sus años de estudiante de química en la Universidad de Washington, en Seattle, sus primeros desnudos, con ella misma o su marido, el grabador Roi Partridge, como modelos, y su continua investigación formal con asuntos de su entorno cotidiano, como las plantas de su jardín y los cuerpos y retratos de sus amigos y familiares.

La búsqueda de la calidad en la impresión fue otra de las preocupaciones de Cunningham. Para ello, recurrió a las platinotipias o impresiones al platino, esto es: una compleja técnica de positivado que garantizaba una gran calidad de los trabajos gráficos, que conoció de joven y a la que dedicó su posgrado en la Technische Hochschule de Dresde entre 1909 y 1910.

Para la directora artística del Museo Carmen Thyssen Málaga, Lourdes Moreno, esta muestra “es fascinante por la delicadeza y elegancia con que Imogen Cunningham supo capturar con su cámara la belleza de las cosas más mundanas y sencillas. En la selección de cuerpos y plantas que hemos puesto en diálogo en la exposición se puede ver ese poder de seducción que una forma, un juego de luces y sombras, o un detalle a priori insignificante observado con precisión pueden tener para una mirada tan especial como la que Cunningham dedicó a su entorno más inmediato y cotidiano”.

Por su parte, Susana Lloret ha destacado que “la exposición ‘Material provocativo para pensar’ supuso una ocasión especialmente emotiva para compartir la colección que con tanto cariño mi marido y yo construimos a lo largo de los años. Es un placer para mí volver a compartir parte de la Colección de fotografía José Luis Soler con este museo, de la mano de su directora, Lourdes Moreno, por la que siento un sincero aprecio”. 

Acerca de la Colección José Luis Soler Vila, Lloret ha expresado “mi marido Jose Luis Soler y yo iniciamos esta colección que hoy lleva su nombre con el inestimable asesoramiento de Vicente Todolí y con la voluntad de crear una colección de colecciones que mostrara en profundidad la obra de relevantes figuras del arte abstracto y de la fotografía desde principios del siglo XX a la actualidad. Esta exposición es un buen ejemplo de ello. Imogen Cunningham fue una mujer de principios del siglo XX fotógrafa, transgresora y pionera en muchos aspectos que se muestran aquí para disfrute de todos aquellos que quieran visitar esta exposición”.

Lloret ha añadido que deja a los visitantes “la posibilidad de apreciar la influencia que recibió de grandes fotógrafos como Gertrude Kasebier o Karl Blossfeldt y la que ejerció sobre otros como Francesca Woodman o Robert Mapplethorpe”.

La exposición, patrocinada por Soho Boutique Hotels, que viene colaborando con el Museo y sus proyectos de 2022, rinde de esta forma homenaje a la figura de Imogen Cunningham: una fotógrafa con un lenguaje evocador, minimalista y personal que trabajó incansablemente hasta su fallecimiento, ya nonagenaria, en 1976.

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